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9 de septiembre de 2025

Los ríos de Alaska se tornaron naranja: las razones detrás del fenómeno que alarma a los expertos

El derretimiento del permafrost como consecuencia del aumento de la temperatura del planeta genera efectos nocivos para el medio ambiente y la biodiversidad. Por qué los científicos aseguran que es imposible revertir el proceso

El color naranja y el aspecto turbio que hoy presentan las aguas del río Salmon, en la cordillera Brooks de Este proceso, causado por el Así se forma ácido sulfúrico, que libera metales como hierro, cadmio y aluminio hacia los ríos. Aunque normalmente esta contaminación se asocia a actividades mineras, en este caso sucede de manera natural, sin intervención humana. Tim Lyons, biogeoquímico de la Universidad de California Riverside, afirmó que el aspecto de estos ríos recuerda al drenaje ácido de minas, aunque subrayó: “Aquí no hay mina. El permafrost se está descongelando y está alterando la composición química del paisaje”.

David Cooper, científico de la Universidad Estatal de Colorado y coautor del estudio, señaló que los rápidos cambios en la morfología del terreno y la química del agua en la región resultan “realmente asombrosos”.

El análisis del equipo confirmó que el deshielo del permafrost desencadena reacciones geoquímicas, oxidación de minerales como la pirita, generación de acidez y la movilización de numerosos metales, entre los que se destaca el cadmio, que se acumula en los órganos de los peces y puede afectar a depredadores como osos y aves que consumen pescado

Si bien en pequeñas dosis estos metales no siempre son tóxicos, el estudio demostró que los niveles en el agua del río Salmon superan los límites de toxicidad para la vida acuática establecidos por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA). Además, la alta concentración de hierro enturbia el agua, disminuye la luz y asfixia a las larvas de insectos, que constituyen la base alimentaria de peces como el salmón.

Las consecuencias van más allá de la fauna acuática. Si bien las concentraciones actuales de metales en los tejidos comestibles de los peces no presentan un riesgo directo para las personas, los cambios en los ríos representan amenazas indirectas para las comunidades indígenas que dependen del salmón chum para su subsistencia.

Lyons advirtió: “Esto está sucediendo en todo el Ártico. Dondequiera que exista el tipo adecuado de roca y permafrost descongelado, este proceso puede desarrollarse”.

El carácter irreversible de este cambio inquieta especialmente a los especialistas. Lyons subrayó: “Una vez que esto empieza, no hay solución. Es otro cambio irreversible impulsado por el calentamiento del planeta”.

El estudio, financiado por el programa de Respuesta Rápida de la Fundación Nacional de Ciencias, tiene como objetivo alertar sobre el peligro potencial para otras regiones árticas y ayudar a comunidades y gestores de tierras a anticipar y prepararse para los impactos futuros.

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