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POLITICA

11 de agosto de 2024

En los últimos 60 años, Argentina perdió más de 22 puntos de participación en el PBI total de Sudamérica

El país creció a un ritmo mucho más bajo que el resto de la región, al igual que Venezuela. Brasil, por el contrario, pasó a ser la economía más grande

En el transcurso de las últimas seis décadas, Argentina experimentó una notable disminución en su participación en el Producto Bruto Interno (PBI) total de Sudamérica, perdiendo más de 22 puntos porcentuales de peso de una punta a la otra.

En 2022, 62 años más tarde, la situación era completamente distinta. Según las estadísticas, Brasil pasó a tener la economía más importante, con un 50,4% de participación. Argentina siguió ocupando el segundo puesto, pero ahora con un peso de sólo el 15,5% (22,4 puntos menos). Venezuela, por su parte, pasó a ser uno de los países menos preponderantes, con una participación del 1,3 por ciento.

En ese mismo período 1960-2022, creció la participación de Colombia (6,2% a 9,7%), Chile (6,4% a 8,7%), Perú (4% a 6,6%), Bolivia (0,6% a 1,1%) y Paraguay (0,7% a 1,1%). Se mantuvo sin cambios Ecuador, que siempre ha representado el 3,2% del total de la economía de Sudamérica.

La tendencia a la baja de la economía argentina fue reflejo de cambios estructurales, económicos y políticos que afectaron al país y a la región en su conjunto. Según Jorge Day, economista del Ieral (Fundación Mediterránea), Argentina no logró crear las condiciones necesarias para un crecimiento económico sostenido. Day señaló que para que una economía crezca a largo plazo, es esencial aumentar la población, el capital y la tecnología. Sin embargo, esto requiere una fuente de fondos sólida, lo cual fue un desafío en Argentina debido a sus bajas tasas de ahorro. “Mientras más estable es la economía, más se invierte, pero se necesita del ahorro para tener financiamiento”, comentó Day.

“La inestabilidad económica, caracterizada por tasas de inflación elevadas, también contribuye a la falta de inversión. En un entorno inflacionario, es difícil para los inversores hacer proyecciones a largo plazo. La incertidumbre sobre el valor del dólar también complica la planificación económica”, continuó el especialista.

Day destacó que, desde mediados de los años 40, Argentina experimentó períodos de inflación media que obstaculizaron su crecimiento. Aunque hubo un periodo de crecimiento entre 2003 y 2011, la tendencia actual confirma que el país está rezagado en comparación con sus pares regionales. “Si seguimos así, vamos por debajo del resto de los países”, advirtió.

También compartió su opinión Jorge Colina, economista de Idesa, quien destacó el impacto del estancamiento económico y el desequilibrio crónico de la balanza de pagos de Argentina. “El desequilibrio es consecuencia de la emisión excesiva de dinero por parte del Estado, lo que aumenta la demanda de dólares y lleva a controles cambiarios que sofocan el crecimiento económico”, señaló.

Colina también cuestionó la efectividad del reciente superávit fiscal logrado mediante la represión de importaciones y el aumento del impuesto PAIS. “Aunque estas medidas redujeron el déficit, crearon una recesión al encarecer las importaciones y limitar el comercio exterior. El presidente prometió eliminar el impuesto PAIS para dinamizar el comercio, pero esto podría resultar en una escasez de dólares, exacerbando los problemas económicos”, comentó.

Argentina es un país con tendencia a caer en recesión. Según un informe elaborado por Idesa en la evolución del Producto Bruto Interno (PBI), en los últimos 60 años hubo 14 episodios recesivos (además del actual). Estos se presentaron de la siguiente manera: