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23 de junio de 2025
Cuáles son los 10 principales riesgos para las empresas mineras en 2025 y cuáles ataca el RIGI

Paul Mitchel, de la consultora EY, advirtió en un informe sobre la tensión creciente entre exigencias ambientales, presión inversora y agotamiento de recursos
Desde la esfera pública, funcionarios de la cartera minera aseguran que en el sector hay tres tipos de riesgos. El primero, propio de la actividad, es el riesgo geológico: que un yacimiento no tenga la “ley mineral” que se desprendía de las exploraciones previas, que la veta sea menor a lo que se estimaba, que las impurezas o minerales asociados sean muy difíciles o costosos de separar y cuestiones de ese tipo.
Y el tercero es el riesgo político o regulatorio, vinculado a cuestiones impositivas, historial de cambios normativos, probabilidad de expropiación, etc. El Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI), dicen, busca “nivelar la cancha” en este último aspecto, de modo que una inversión minera en la Argentina sea considerada de riesgo político o regulatorio similar al de invertir en otros distritos mineros del mundo.
De los 13, cuatro ya fueron aprobados, incluyendo el proyecto litífero Rincón, de USD 2.700 millones. Los otros tres proyectos con visto bueno oficial son del sector de energético. La inversión a la que apuntan los 6 proyectos mineros presentados totaliza USD 5.400 millones, un 41% del capital comprometido en los 13 proyectos.
Ahora bien, el sector privado, según el informe de EY, identificó los 10 principales riesgos y oportunidades que hoy configuran la agenda del negocio minero a nivel global.La presión de los inversores por una asignación eficiente del capital es cada vez mayor. Las compañías priorizan la disciplina financiera y buscan amplificar el valor a través de fusiones, adquisiciones, escisión de activos no estratégicos y diversificación de fuentes de financiamiento. Según una encuesta reciente de EY, todas las empresas del sector planean realizar alguna transacción en los próximos 12 meses.
Además, consideran en promedio cuatro fuentes distintas de capital. En un entorno macroeconómico desafiante, se prevén más asociaciones, joint ventures e integraciones para compartir riesgos en grandes proyectos. No obstante, el sector deberá adoptar un enfoque más flexible, invirtiendo también con una visión de valor a largo plazo.2-Cuidado del medio ambienteCasi la mitad de los encuestados confía en cumplir con los compromisos de “naturaleza positiva” hacia 2030. Las comunidades indígenas, que gestionan cerca del 25% de las tierras globales y suelen conservar mejor esos territorios, son vistas como aliados clave para alcanzar esos objetivos.
El auge del nacionalismo de los recursos complica el desarrollo de nuevos proyectos. Cambios en las normas fiscales y en los derechos de propiedad generan incertidumbre. La transición energética exige inversiones de gran escala, pero estas dependen de marcos regulatorios estables.
Las empresas evalúan estrategias de adaptación, como conformar sociedades con actores locales o solicitar licencias conjuntas para reducir riesgos y facilitar la viabilidad en geografías complejas.Las empresas mineras deben continuar desarrollando mejores formas de extraer y optimizar minerales y metales críticos para satisfacer la creciente demanda, al mismo tiempo que protegen nuestro medio ambiente.
Este complicado problema es impulsado por factores entrelazados. La disminución de las leyes del mineral aumenta los costos de extracción. Los presupuestos de exploración han aumentado, pero también lo hacen los costos, y se están haciendo menos descubrimientos.Las empresas mineras están considerando una combinación de soluciones, incluida la inversión en tecnologías que puedan avanzar en la exploración y mejorar la productividad. Por ejemplo, la tecnología de lixiviación puede recuperar más metales de minerales inferiores que los procesos tradicionales: por ejemplo, la tecnología Nuton de Rio Tinto puede alcanzar tasas de recuperación de hasta el 85%.La aceptación social del negocio minero es una prioridad creciente. Inversores y gobiernos exigen a las compañías un mayor compromiso con las comunidades, especialmente con las indígenas. Las empresas que promueven una participación activa de estas poblaciones como socias estratégicas fortalecen sus vínculos y mejoran su imagen.
6-Aumento de los costos y productividad
Más de un tercio de los encuestados está de acuerdo en que el enfoque en ESG -ambientales, sociales y de gobernanza- (y la presión para cumplir con las crecientes obligaciones regulatorias) está distrayendo de la productividad. Esto pone de relieve los beneficios de integrar las métricas ambientales (por ejemplo, la intensidad de carbono) en medidas de productividad más amplias, para ayudar a las empresas mineras a obtener beneficios más amplios.
7-Cambio climáticoLa producción de metales bajos en carbono es aún costosa y limitada por factores como la escasa capacidad instalada de electrolizadores de hidrógeno. La alianza con fabricantes de tecnología podría acelerar el desarrollo de soluciones que permitan escalar la descarbonización.
Se estima que en los próximos 30 años habrá que extraer más minerales que en los últimos 70.000. Pero la puesta en marcha de nuevas minas enfrenta obstáculos: regulaciones complejas, altos costos de inversión, falta de talento técnico y cambios en regalías e impuestos.
9-Cambio en los modelos de negocio
Otras empresas están explorando la integración en toda la cadena de valor para acelerar la descarbonización y aprovechar nuevos ingresos. Por ejemplo, la inversión en fundición da a las empresas mineras un mayor control sobre las emisiones y crea oportunidades al ofrecer productos premium y más limpios. Las asociaciones locales también pueden crear valor organizativo y social a largo plazo.
La rentabilidad y sostenibilidad del sector dependen de innovaciones que respondan al agotamiento de recursos, el aumento de costos y la presión ambiental.