ECOLOGIA
29 de mayo de 2025
El enigma de la medusa fantasma: cómo es la criatura que vive en las profundidades antárticas

Con apenas más de un centenar de avistamientos en casi un siglo, este ser de aspecto etéreo y movimientos lentos cautiva a los científicos, publicó National Geographic
En cuanto a su alimentación, los científicos suponen que utiliza sus largos brazos para envolver pequeños crustáceos y peces, atrapándolos con una técnica tan sutil como eficaz. Esta forma de caza, junto con su biología poco convencional, la convierte en un objeto de estudio prioritario.
Desde su descripción científica en 1910, la Stygiomedusa gigantea fue documentada solo en 126 ocasiones. Esta baja frecuencia de avistamientos contribuyó a su reputación como una criatura casi “mítica”. Estos encuentros son tan esporádicos como fascinantes, alimentando el aura de leyenda que la rodea.El MBARI, uno de los pocos centros que consiguió filmarla en varias ocasiones, subrayó que cada registro representa una oportunidad única para obtener información sobre un animal que, probablemente, existió durante millones de años sin apenas interacción con el ser humano. La falta de datos sobre su reproducción, longevidad y papel ecológico refuerza el misterio que la envuelve.El avance más reciente proviene de la península antártica, donde un equipo dirigido por Daniel M. Moore documentó varios encuentros directos utilizando sumergibles personales. De acuerdo con un informe publicado en Polar Research, estas observaciones se realizaron entre los 80 y 280 metros de profundidad, en las costas antárticas.Moore explicó que los vehículos de exploración científica fueron desplegados desde el buque de expedición Viking Octantis. Esta tecnología permitió a los científicos observar a la medusa en su entorno natural, ampliando el rango conocido de la especie.Según los autores del estudio en Polar Research, cada uno de los escasos encuentros con esta medusa aporta datos cruciales sobre distribución, comportamiento y ecología. Sin embargo, aún persisten numerosas incógnitas.Hasta ahora no se determinó con precisión cómo se reproduce, aunque algunos indicios apuntan a una posible viviparidad. Tampoco se conoce su longevidad ni su rol exacto en la red trófica abisal. Algunos expertos sugieren que podría ocupar un eslabón intermedio entre depredadores invertebrados y peces de profundidad, pero sin evidencias concluyentes.El uso de sumergibles personales marcó un punto de inflexión en el estudio de la Stygiomedusa gigantea. Originalmente diseñados para el turismo de lujo, estos vehículos demostraron su potencial como plataformas científicas móviles. El trabajo liderado por Moore sugiere que esta tecnología podría transformar la investigación marina en zonas de difícil acceso.Los científicos concluyeron que estos sumergibles representan una herramienta emergente para explorar entornos antes inalcanzables, especialmente en regiones polares. Gracias a estos avances, la ciencia puede comenzar a iluminar los pasajes más oscuros del planeta y descubrir especies aún desconocidas.De todas maneras, y frente a las numerosas incógnitas que rodean a esta medusa, los científicos la describen como una “criatura frontera”, un ser que habita entre lo visible y lo oculto. Su combinación de rareza, tamaño y misterio la convierte en un emblema de los desafíos y oportunidades que presenta la exploración oceánica, y un paso más hacia la comprensión de los secretos que aún guarda el fondo del océano.