Sábado 7 de Septiembre de 2024

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SALUD

15 de junio de 2024

Cáncer de Riñón

Cáncer renal, el 5to. más frecuente en Argentina.

Cada tercer jueves de junio se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Riñón. En nuestro país se diagnostican casi 5 mil casos nuevos por año y es el 5to. más frecuente. Si bien hay diferentes tipos, el más común es el carcinoma de células renales, también llamado tumor de células claras o adenocarcinoma renal, representa el 80% de los carcinomas renales y surge de las células del túbulo renal. Alrededor del 20% restante son de diferentes subtipos y se los llama carcinomas renales de células granulares (no claras).

Como toda enfermedad, existen factores que elevan el riesgo de padecerla y no pueden ser modificados, como la edad - es más frecuente entre los 50 y los 70 años-, los antecedentes familiares y el sexo masculino, ya que afecta en una relación de 2 a 1 a hombres y mujeres. Por otro lado, están aquellos hábitos que sí pueden modificarse y lamentablemente también aumentan el riesgo de padecer este tipo de patología, entre ellas: el tabaquismo, sedentarismo, obesidad, hipertensión, enfermedad renal crónica y los pacientes en diálisis.

Si hablamos del tratamiento, su elección dependerá de varios factores que incluyen como por ejemplo características del paciente, del tumor y del entorno médico. ¿Cuáles son los principales factores que influyen en esta decisión?

1. Estado general del paciente: es decir, su edad y estado de salud general. Los pacientes más jóvenes y en mejor estado de salud pueden tolerar tratamientos más agresivos. También, se toman en cuenta las comorbilidades, la presencia de otras enfermedades, como las cardíacas o diabetes, que pueden afectar la tolerancia al tratamiento.

2. Características del tumor: los más pequeños y localizados pueden ser candidatos a cirugía conservadora, mientras que los más grandes o extendidos pueden requerir tratamientos más extensivos. Además, el grado indica la agresividad del tumor y el estadio, la extensión del cáncer en el cuerpo. Tumores de alto grado o en estadios avanzados pueden requerir terapias sistémicas además de la cirugía.

3. Aspectos genéticos y moleculares: algunas mutaciones pueden hacer que ciertos tratamientos dirigidos sean más efectivos, y los biomarcadores pueden indicar la probabilidad de respuesta a tratamientos específicos, como la inmunoterapia.

4. Opciones de tratamiento disponibles:

  • Cirugía: nefrectomía parcial o radical dependiendo de la extensión del tumor.
  • Terapias sistémicas: inmunoterapia, terapia dirigida (inhibidores de tirosina quinasa, inhibidores de mTOR) y quimioterapia en algunos casos.
  • Radioterapia: no es común en el tratamiento inicial del cáncer renal, pero puede usarse para tratar metástasis.

5. Preferencias del paciente: algunas personas prefieren tratamientos menos invasivos o con menos efectos secundarios, aunque puedan ser menos agresivos; mientras que otras dan mayor importancia a mantener una calidad de vida alta durante el tratamiento.

En todos los casos, se debe remarcar que estos factores deben ser evaluados conjuntamente por el equipo médico y el paciente para determinar la mejor estrategia de tratamiento personalizada. La experiencia profesional y la disponibilidad de acceso a terapias más nuevas y tratamientos avanzados también son parte del éxito.

Por eso, en todos los casos se recomienda que la consulta al nefrólogo sea previa al tratamiento, ya sea quirúrgico o farmacológico, de manera tal de evaluar la funcionalidad renal y ver cómo se puede generar nefroprotección. Así como el seguimiento y control posterior por parte del profesional es fundamental, para evaluar la evolución de la función renal del paciente. Como toda patología oncológica, la detección precoz es fundamental para mejorar el pronóstico.

Si bien el cáncer renal no suele presentar síntomas en sus estadios iniciales, gran parte de los pacientes cursan asintomáticos y el diagnóstico es incidental o se realiza por hallazgos casuales en estudios de rutina o motivados por otras sintomatologías. En algunos casos o estadios avanzados, puede presentar hematuria macroscópica (presencia de sangre visible en la orina), dolor lumbar o una masa abdominal palpable, fiebre sin causa aparente, pérdida de peso, anemia o la aparición de cuadros de hipertensión arterial.

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