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SEGURIDAD

23 de mayo de 2024

Cómo es el trabajo de un piloto de emergencias de la policía: siniestros, rescates y la seguridad de los campeones del mundo

El subcomisario Sergio Sabella (60) es uno de los 12 pilotos que integra el Departamento de Aviación de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. Lleva 15 años volando para la fuerza porteña. “Es un trabajo impredecible”, asegura

Lleva 15 años volando helicópteros de la Policía de la Ciudad y cuidando a la gente ante emergencias: “Es un trabajo impredecible”

Iluminar con faros en situaciones de búsqueda, participar de tareas de rastrillaje, allanamientos y control de tránsito, colaborar en el traslado de grupos especiales, brindar monitoreo aéreo al personal policial en tierra, buscar a delincuentes en fuga, asistir a damnificados de incendios, realizar monitoreos aéreos en eventos deportivos o sacar fotografías por orden de la justicia. Esas son algunas de las tareas que realizan los pilotos de helicópteros de la Policía de la Ciudad y es a lo que se dedica desde hace 15 años el subcomisario del Departamento de Aviación, Sergio Sabella.

“Es un trabajo impredecible. Mi día a día consiste en estar atento a la sala de situación que ocurra en la ciudad de Buenos Aires y al llamado para volar hacia una emergencia”, explicó el piloto. “Lo distinto de esta tarea es que parece ser invisible, pero constantemente estamos trabajando desde el aire cuidando a los vecinos”, agregó.

A los 9 años, mientras miraba una película de aviones, Sabella tuvo un click a partir del cual supo que toda su vida iba a estar ligada a las aeronaves. A los 18 ya empezó a pilotarlas y después los helicópteros se sumaron a su currículum. Hoy, a sus 60 años, Sabella es uno de los 12 pilotos que custodian y garantizan la seguridad de los vecinos.

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El subcomisario Sergio Sabella (60) es uno de los 12 pilotos que integra el Departamento de Aviación porteño

Sabella tiene 40 años de trayectoria en la Policía. Ingresó en la Federal en 1986, trabajó durante 10 años en la Comisaría 31 de Núñez y luego hizo un curso de 4 años para recibirse de mecánico de helicópteros. A los 44 se retiró de esa fuerza con el cargo de sargento y se dedicó a la aviación comercial. Pero su oportunidad de trabajar como piloto surgió en 2009 cuando se creó la Policía de la Ciudad. “Al unificarse los cargos de oficiales y suboficiales en la Policía de la Ciudad, me ofrecieron volver y tuve la oportunidad de ingresar como piloto; algo que en la Federal solo podían hacer los oficiales”, recordó.

A pesar de que ya pasó cuatro décadas arriba de un helicóptero, las películas de aviones le siguen causando el mismo efecto de asombro que cuando era chiquito. “La pasión, a veces, no se puede explicar con palabras, se siente dentro del cuerpo y se vive cada día pensando en ese momento de salir a volar”, confesó Sabella, quien percibe que detrás de esos grandes lentes de experimentado aviador vuelve a brillar la mirada de un niño.

Hoy, ese niño está representado en su nieto al que le transmitió su devoción por la aeronáutica. “Cada vez que escucha un avión, sale a mirar. Es lo mismo que hacía yo. Espero que algún día pueda seguir mis pasos. Por el momento, ya hicimos varios viajes juntos”, aseguró.

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El subcomisario Sabella junto a sus compañeros de trabajo

Sabella fue el primer policía de su familia y el único piloto aeronáutico. Si bien su hijo siguió sus pasos en la policía porteña y se desempeña en el sector de Investigaciones, a él le gustaría que alguien continuara con su legado. Esa esperanza aún no la pierde y todas sus expectativas están centradas en su nieto.

A pesar de que solo faltan 5 años para jubilarse, Sabella siente que aún tiene mucho más que aportar en la fuerza. “Para ser instructor de vuelo no hay edad límite. Así que por más que me jubile como piloto podré seguir enseñando, siempre y cuando apruebe los estrictos exámenes psicofísicos anuales”, aseveró.

Como su trabajo consiste en tener 48 horas de descanso tras 24 horas de guardia, también se dedica a la docencia en cuatro escuelas de vuelo ubicadas en Escobar, Morón, San Fernando y Dolores.

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Sabella hizo carrera primero en la Federal, como mecánico de helicópteros; y luego en la Ciudad, como piloto

Desde persecuciones, búsquedas y monitoreos aéreo hasta el traslado de la Selección de Lionel Messi

Desde su creación en 2016, el Departamento de Aviación trabaja las 24 horas, los 365 días del año. En total lleva 1.992 operativos realizados y, en lo que va de 2024, ya cumplió más de 60 misiones; todas con saldo positivo.

En la actualidad, el Departamento de Aviación también colabora en las extinciones de incendios (llevadas a cabo por los Bomberos de la Ciudad) y la movilización de las Fuerzas Especiales de la Policía porteña al momento de un operativo, ya sea del Grupo Especial de Rescate (G.E.R) y la División de Operaciones Especiales Metropolitanas (D.O.E.M), que se dedican a abordar situaciones tales como toma de rehenes, personas atrincheradas, y otros hechos extremos.

El Departamento tiene tres helicópteros: dos MBB BO-105CBS y un Eurocopter EC-135T2, los cuales están equipados con faro de iluminación, cámara térmica, megáfonos y los elementos necesarios para el descenso en rapel, en caso de que las fuerzas especiales requieran de su uso.

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El Departamento de Aviación tiene tres helicópteros: dos MBB BO-105CBS y un Eurocopter EC-135T2

Tanto Sabella como sus compañeros del Escuadrón Aéreo participaron de distintos eventos de relevancia internacional, como los Juegos Olímpicos de la Juventud y la Cumbre de Líderes del G20, ambos en 2018. Sin embargo, la experiencia más novedosa y particular que tuvieron fue el trabajo de prevención y traslado al predio de la Asociación de Fútbol Argentino, ubicado en Ezeiza, de Lionel Messi y de toda la selección campeona del mundo en Qatar 2022, a fines de diciembre de aquél año. Para ese evento sin precedentes se elaboró una logística junto con fuerzas de otras jurisdicciones para garantizar tanto la seguridad de los protagonistas de aquella jornada histórica, como la del público que fue a recibirlos.

Uno de los casos que marcó a Sabella sucedió en 2023. Un adolescente se había perdido dentro de la Reserva Ecológica Costanera Sur y el Escuadrón desplegó un operativo de rescate. A partir de algunas características y de la vestimenta que llevaba puesta la persona, se lanzaron a su búsqueda.

“Nos desplazamos dos helicópteros, uno a cargo del principal Hernán Gelabert y otro a cargo mío”, señaló mientras revivía aquel momento. Finalmente, después de cuatro horas de rastrillaje exhaustivo, lograron visualizarlo. “Fue una satisfacción haber estado en la búsqueda y, a su vez, una tranquilidad el saber que lo habíamos encontrado sano y salvo”, recordó el piloto.

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El subcomisario Sabella en acción, patrullando la Ciudad desde el aire

Por su parte, Guillermo Cundino, Jefe de Departamento y Comisario Inspector de la policía porteña, consideró que “la importancia de tener un Departamento de Aviación es la versatilidad que un equipo de estas características le da a la fuerza, como así también la disposición de más recursos operativos, poniendo a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires a la altura de la mejores del mundo, ya que hay muchas que no tienen su aviación propia”.

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