POLICIALES
26 de octubre de 2024
Cinco muertos y dos heridos en nueva masacre en una zona de minería ilegal en la Amazonía ecuatoriana

Las autoridades apuntan a grupos como Los Choneros y Los Lobos en esta masacre, que demuestra el creciente control de organizaciones criminales en el país (IMÁGENES SENSIBLES)
Durante el ataque, los agresores incendiaron dos camiones y abandonaron otro vehículo en las cercanías, lo que las autoridades atribuyen a un intento de intimidación y control sobre las operaciones de minería en la zona.
En el lugar se encontraron cuatro cuerpos tendidos en la vía, mientras que otro fue hallado dentro de una camioneta con múltiples impactos de proyectiles. Entre las víctimas se encuentran Jeremi Andrés Medina (18 años), Josué Eliberto Veloz Jipa (19 años), Milton Fabián Canga Pantoja (24 años), Kevin Fernando Rosado Intriago (26 años), y Elian Jair Camacho Zapata (23 años), cuya nacionalidad no ha sido confirmada.De acuerdo con la Fiscalía, “al momento se efectúan las autopsias respectivas y se levantaron indicios”. La Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida (Dinased) acudió al sitio del crimen para acordonar la escena y realizar el levantamiento de los cuerpos, proceso que duró cerca de 12 horas debido a las dificultades en el acceso.A pesar de las medidas adoptadas, la violencia vinculada a la minería ilegal y al narcotráfico continúa en aumento. La región amazónica, rica en recursos naturales, se ha convertido en un terreno fértil para las actividades ilícitas. La Fiscalía informó este jueves que mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos sobre la muerte violenta de cinco personas.
Las bandas del crimen organizado en Ecuador, que operan principalmente en el narcotráfico, han ampliado sus actividades hacia otros sectores ilegales como la extracción de minerales, lo que ha intensificado su presencia en varias regiones del país. Este fenómeno ha generado una ola de violencia en el país, especialmente en áreas de frontera y zonas ricas en recursos naturales, donde estas organizaciones se disputan el control territorial. La expansión hacia la minería ilegal les permite diversificar sus ingresos y consolidar su influencia en sectores donde la presencia estatal es limitada, generando un clima de inseguridad para las comunidades locales.