Jueves 26 de Diciembre de 2024

Hoy es Jueves 26 de Diciembre de 2024 y son las 08:21 -

POLITICA

21 de septiembre de 2024

Aerolíneas: el Gobierno juega fuerte y apuesta al impacto público para presionar también en otros frentes

Busca mantener el foco en la imagen de los jefes sindicales del sector. Retoma el tema de la privatización, para recuperar aire en el Congreso tras varias derrotas. Y especula sobre costos y beneficios en el caso del Presupuesto. Suma además la pulseada por las tasas municipales

El conflicto de Aerolíneas Argentinas cerró una semana tensa con un anuncio del Gobierno que ratifica la escalada de la pelea, en medio de versiones sobre la intención de ceder operaciones de la compañía estatal. En un mismo tuit, la Jefatura de Gabinete difundió una reunión con directivos de la empresa Gol, anticipó un encuentro con JetSmart y señaló que ya hubo otro con Flybondi. El mensaje pegó otra vez sobre los jefes sindicales del sector. Y expuso así una consideración básica del oficialismo: considera que esta disputa le juega a favor en la opinión pública y que eso mismo allana el camino para poner en caja el tema y retomar el discurso de la privatización, que resultó frenada en el Congreso hace tres meses.

La pulseada por las tasas locales expone una cuestión de fondo acerca de la sobrecarga impositiva -de servicios y combustibles a supermercados- y los ingresos municipales, junto con consideraciones políticas en el principal distrito del país. Un dato significativo: malestar incluso entre intendentes del PJ por la decisión de su colega de Lanús y escaso apoyo de aliados del oficialismo nacional a la carga de Caputo.

Eso último ocurre con el Presupuesto 2025, que por su naturaleza tiene dimensión política, económica e institucional. El razonamiento, sin embargo, es similar al aplicado en rubros menores. Destacan la apuesta a la aprobación en el Congreso, pero deslizando que, en caso de empantanamiento o derrota, apuntarían a la oposición en general como piezas de una maniobra K para debilitar la gestión de Javier Milei. De paso, advierten que en esa alternativa, podrían gestionar discrecionalmente con ampliaciones de partidas presupuestarias.

Los principales jefes sindicales, Pablo Biró y Juan Pablo Brey, acaban de dar una señal que expone esa lógica y también la necesidad de amplificar el conflicto. Motorizaron un encuentro de los gremios del transporte, protagonistas de otra interna sindical, que de hecho tiene como figura central o más mediática a Pablo Moyano. El mensaje fue claro: redoblar la apuesta del Gobierno. Nada indica que eso les aporte algo a los gremios en materia de imagen. Es un terreno en el que, hasta ahora y a diferencia de otras pulseadas -como la de las jubilaciones-, el oficialismo viene manejándose con margen a favor.

El Gobierno, además, busca enfatizar el tema como una cuestión prioritaria: difusión de reuniones dominadas por esa agenda, con fotos incluidas. Una postal muestra al jefe de Gabinete y el ministro de Economía junto a Karina Milei y Santiago Caputo. Después, llegó la imagen del encuentro con empresarios, precedido por trascendidos sobre contactos con compañías no únicamente de la región.

Ese objetivo tenía hasta ahora un único nombre: el Presupuesto 2025. Pero no es lo único llamativo con la aceleración de la ofensiva desde Olivos. La privatización -al igual que la cesión de operaciones- es mencionada por voceros del oficialismo como una advertencia para el caso de que los gremios mantengan la mecánica de paros y otras medidas de fuerza. En el Congreso circulan referencias ácidas en formato de interrogante: qué sostendría un interés privado sobre Aerolíneas en el actual estado de cosas.

Como ocurrió en otras etapas con privatizaciones o intentos parciales, se combinan dos cuestiones de fondo: el proyecto de ley -sus alcances y solidez jurídica- y quién se hace caso de “sanear” la empresa. Está claro que en la etapa de los 90, los procesos incluyeron acuerdos de diferente naturaleza con los sindicatos de cada rubro.

Ese camino en paralelo es lo que se dice que el oficialismo buscará para avanzar con el Presupuesto. Pero algunas trascendidos desde las cercanías de Milei, que a su vez alimentan recelos en la oposición, dejan abierta como alternativa -con intenciones de presión- el discurso que desplegaría el oficialismo si el proyecto se cae en el Congreso: colocar a todo opositor como furgón del kirchnerismo, degenerados fiscales, casta.

Parece una mirada reducida, aún camino a un año electoral. Además de señales al mundo económico -en especial, al frente externo- y de una posible judicialización del manejo presupuestario con ampliaciones por decreto, sumaría deterioro al juego de la política después de negociaciones largas y frustradas con legisladores y gobernadores. Y eso no dejaría exento al Gobierno. La carga de los costos no se decide sólo en escritorios de campaña en continuado.

COMPARTIR:

Comentarios