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11 de noviembre de 2024

La NASA logró prometedores avances en la prueba de su nuevo avión supersónico

El X-59 completó una fase crucial en su misión por reducir el impacto acústico sobre zonas habitadas

En un escenario que recuerda a los primeros días de la exploración supersónica, la Las pruebas del X-59, que comenzaron el 30 de octubre, marcan una nueva etapa en el desarrollo de esta aeronave única. En esta fase inicial, el motor se activó a baja velocidad sin encendido, lo que permitió al equipo de la NASA verificar que todos los sistemas funcionaban en conjunto sin anomalías ni fugas.

Jay Brandon, ingeniero jefe del proyecto en la NASA, explicó en un comunicado oficial que esta fase inicial fue una especie de “calentamiento” para asegurarse de que todo funcionaba correctamente antes de encender el motor. La fase siguiente incluyó el primer arranque real del motor: un F414-GE-100 modificado, instalado en la parte superior del fuselaje para minimizar el ruido, que permitió al equipo probarlo con carga de combustible y a baja potencia.

La misión Quesst de la NASA tiene un objetivo ambicioso: diseñar y probar un avión supersónico que minimice el estampido sónico, logrando un “golpe sordo en lugar de un estampido fuerte”, como describió el director del programa X-59 en Lockheed Martin, Dave Richardson.

El diseño del X-59 está diseñado para alcanzar velocidades de hasta Mach 1.4 (casi 1.500 kilómetros por hora) y volar a una altitud de aproximadamente 17.000 metros. Además, el avión incorpora una cabina sin parabrisas, reemplazada por un sistema de cámaras que proyecta el exterior en un monitor dentro de la cabina, lo que permite una aerodinámica más eficiente sin interferencias.

El X-59 es el resultado de una colaboración entre la NASA y Lockheed Martin Skunk Works, un centro reconocido por desarrollar aeronaves de vanguardia como el SR-71 Blackbird. La compañía aplicó su experiencia para minimizar el ruido sónico mediante un diseño específico, que evita recurrir a materiales exóticos o tecnologías radicales. Este enfoque se basó en el uso de componentes reutilizados de otros aviones, como el motor F414-GE-100, utilizado originalmente en el F/A-18 Super Hornet de la Marina de los EE. UU., y modificado para alcanzar velocidades supersónicas con un impacto acústico reducido.

Durante la etapa de pruebas de motor, buscan asegurar la seguridad del vuelo. Una vez completadas estas fases iniciales, el equipo del X-59 realizará las llamadas verificaciones de “pájaro de hierro virtual”, en las que se simulan condiciones de vuelo normales y fallidas para probar la capacidad de respuesta de los sistemas de la aeronave.

A medida que este innovador avión se aproxima a su primer despegue, los ingenieros, científicos y reguladores miran con expectativa el impacto que tendrá, no solo en términos tecnológicos, sino también en el modo en que la sociedad experimentará el sonido del vuelo supersónico.

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